MI MADRE.

Mamá...

Cuánto me acuerdo de TI.
Cuando riego las macetas de mi patio.
Cuando tengo dudas en la cocina,
Cuando salgo a tomar café.
Cuando voy a la podóloga, que siempre íbamos juntas.
Cuando ando por caminos, bosques y montañas.
Cuando estoy frente a la máquina de coser.
Cuando lavo la ropa.
Cuando veo la tele.
Cuando siento dolor...tu dolor perenne.
Ahora que no te veo, siento tu presencia en mi...en cada momento cotidiano.
Gracias por tu herencia, mujer de tierra, mujer fértil como tus manos, mujer impaciente y de sentimientos escondidos, mujer caprichosa pero generosa...
¡¡¡ Cuanto me has regalado !!!

Te quiero MADRE.

Mi Lola

...Y nos dejó
Nos dejó huérfanos de sus mimos,
de sus miradas,
de su nobleza y compañía.

Ay mi Lolita, testigo de tantos momentos...,
de los mejores y más brillantes,
de los más tristes y desgraciados.
Por ti he comprendido la esencia de la compañía,
la que está por encima de las palabras,
la que nunca falla.

Aún escucho tu respiración de paz en mi dormitorio.
Aún huelo a tu lana suave y penetrante.
Aún espero asomar tu semblante al llegar a casa...

Gracias a ti descubrí la confianza y el amor a los perros.

Por esos acantilados del Cabo de San Vicente...

Y allí fuimos. Esta vez con mi hermana, Rosalía e Isra.
Allí fuimos a rendirte memoria, a brindarte nuestro corazón hecho flor.
Tu sabes que siempre estarás con nosotros.

Qué magnífico lugar elegiste para entregarte al cosmos...lugar donde todo se funde.
Hace 10 años y ahí está tu huella, perenne y certera.

Como siempre comimos juntos en tu memoria, querido hijo.